La sombra de la noche.
El aire tocaba mi rostro, deslisandose por mis mejillas, mientras que el auto corría con toda su fuerza, mis ojos podían ver todo aquello que pasaba por mi lado, mientras que mi madre hablaba de las calificaciones para la Universidad.
-Es que no entiendo que tiene ese profesor de química contigo, le dificulta darte un veinte.
-Ma, los profesores no pueden dar notas así por así.
-Lo se mi vida, pero no crees que es mucho, todos los profesores de han dado un veinte solo el...
-Todavía tengo examenes puedo superar el promedio de química todavía-Dije entre suspiros, vi
por mi lado izquierdo, viendo un autobus de niños que pasaba gritando una canción.
-Bueno, eso es cierto y...-Bajo la velocidad, lo que ya sabía lo que significaba, ya estaba llegando al colegio, una tras otra vez había visto el mismo camino, del mismo modo-Ya llegamos-Ya aparcando.
Me baje del auto despidiendome de mi madre, agarre mis cosas y me dirigí al instituto Washington High, donde había mas de docientos estudiantes, todos a mi alrededor.
*****
-¿Qué crees?-Me pregunto Nancy, mientras comía una papita fríta.
-No sé-Le dije viendo mi pasticho, mientras que le daba una tras, otra tortura con mi tenedor, sin aver probado ni siquiera un pedaso.
-Oye, que ha echo el pobre pasticho-Me dijo Jackson, mientras que se sentaba, poníendo su bandeja en la mesa.
-Está deprimida.
-Y cuando no, lo que digo es que tienes que dejar esa aura de tristesa y pasar a una feliz y tranquila.
-Es que..., no sé algo pasa no sé-Les dije, algo raro pasaba, de alguna forma todo me hacía sentir triste era como una triste historia, de la cual de cualquier forma acabaria triste.
-Te le vantaste sintiendo que todo el mundo iba acabar, eh.
-Algo así.
-Deja de comer Nancy me pones nervioso sabes-.
-Como si me importara-Le dijo, comiento una tras otra llenandose la boca.
-Chicos hoy no quiero hacer nada, es uno de eso días de los cuales me quiero sentar y no hacer nada.
-Si lo entiendo-Me quede unos minutos viendo por la ventada de vidrío de la cafetería, vi como una hoja caía poco a poco, siendo tocada por el aire, mantiendola a flote, haciendo que se moviera de un lado a otro lentamente, podía escuchar que Jackson hablaba pero no les prestaba atención en nada, hasta que sono la campana.
-Oígan chicos nos vemos a la hora de la salída en mi casa oyeron.
-Okey-Dijeron los dos al unísono.
Salí de la cafetería siendo empujada por todos, fui a la clase de biología, donde la profesora hablaba y hablaba sin cesar, solo podía dibujar circulos tras circulos en mi cuaderno.
-Katherin, Katherin-Escuche la voz de la profesora una y otra vez diciendo mi nombre, levante la vista viendola a los ojos- Ya es hora de irse-Entoces vi a mi alrededor, nada más quedaba yo y la profesora-Oye creo que deberias prestar más atención en clase, en vez de estar dibujando.
-Sí, okey-Le dije guardando todas mis cosas, y salíendo de clase.
Pase horas y horas viendo el reloj de una forma rara no me podía concentrar en nada, cuando salí del colegio me encontre con Jackson y Nancy.
-Oye chica-Me dijo Nancy saludandome, mientras que Jackson me daba un abrazo.
-Algo muy raro me pasa-Dije algo desorbitada.
-¿Qué tienes?-Me dijo Nancy riendo por algo que le había dicho un chico que había pasado a su lado.
-No sé, no me puedo concentrar en nada, estoy muy rafa-No se que diablos significo eso en cualquier vocabulario que sea, me quede unos minutos viendo a Jackson.
-¿Qué acabas de decir?-Me pregunto con íncredulidad Jackson.
Las palabras no me salían, todo lo que escuchaba de pronto sono como si mil personas estuvieran gritando al mismo tiempo, de pronto Jackson ya no era el si no una gran mancha en mi vista, mis oídos iban a estallar de lo fuerte que se escuchaba.
-Por favor callense-Dije tapandome los oídos, el ruido aumento a una magnitud que me dejaba sorda, las lagrimas empezaron a brotar de mis ojos, alguien me toco el hombro-Por favor dejen de hablar-Dije en suplica, solo en un susurro y eso es lo uníco que recuerdo.
*****
Abrí mis ojos poco a poco, viendo una luz que me dejaba practicamente ciega.
-¡Oh mi cielo, despertaste!-Escuche la voz de mi madre, atormentandome en mis oídos, se debe de a ver notado en mi cara porque enseguida callo-Lo siento mi cielo es que..., tenía miedo de que no volvieras abrir tus bellos ojos.
-¿Por qué?-Dije, la garganta me dolía.
-Mi cielo estás ronca, tus cuerdas vocales deben estar a punto de estallar-En ese momento note que me veía con inseguridad.
-¿Qué pasa?-Sus manos poco a poco viajeron a mi cabello, deslizando sus dedos por mi cabeza.
-¿Qué te ha pasado?-Dijo mientras brotaban lagrímas de sus ojos.
-Mamá, que pasa.
-Tienes tres semanas en cama, Jackson y Nancy no han faltado ni un día a visitarte, es que no eres la misma amor, dicen que te has desmayado, y que decias que dejaran de gritar, pero todo estaba en completo silencio, después te desmayaste y bueno estás aquí.
Sabía que me ocultaba algo, por la forma en que hablaba con esa inseguridad en su voz, algo ocultaba, pero por ahora estaba bien. Tenía hambre y mucha.
-Ma, tengo hambre.
-Si mi cielo enseguida-Me dijo salio de la habitación, dejandome sola.
No sé, esa era la respuesta, no sabía nada, ni que me había pasado, ni como fue ese día de raro, tanto lo de el aire como mi estraño desmayo, tanto mi melancolía, tal vez tenía una grave enfermedad contagiosa o algo peor, y si quedaba marcada para siempre, que pasaba con el colegio, mis clases y todo lo demas.
Que pasaba si dentro de unos minutos entraba una enfermera o un doctor diciendo que me iba a morir en unos días o peor, eso pensamientos fueron los que me llevaron a pensar en mi vida, así la creíga de valiosa que todo se podía ir un simple desmayo.
Me quede viendo la puerta esperando que nada de lo que hubiera pensado fuera cierto, mi madre entro con un hombre que cargaba una libreta en su mano, del cual me veía con una muy grande sonrísa, eso era bueno-¿cierto?- tal vez.
-Hola Katherin-Me dijo aproximandose, lentamente-¿Cómo estás?
-Bien-Dije un poco dudosa de mi respuesta-Creo.
-Eso es bueno, ahora dejame ver esas pupilas-Me dijo acercandose, con una pequeña linterna me exame las cuerdas vocales y mis ojos, y siguio, todo estaba perfectamente bien al parecer, después el doctor se fue. Dejandome con mi madre, horas después llegaron Jackson y Nancy, con regalos para mí.
-Hola, chicos-Vi que los dos se me quedaron mirando.
-¿Qué pasa?-Les dije con incredula, muchas personas ya me habían visto, y ya me había acostumbrado, pero de ellos no lo esperaba.
-Bueno...-Dijo Nancy siguiendole un silencio, se voltio sacando un espejo de su cartera, suspiro y después me lo tendio en la mano, ya sabía que me tenía que ver mal, pero que ella me lo mostrara era otra cosa-Ve-Me dijo.
Suspire profundo, subi el espejo dejandome ver, todo estaba totalmente perfecto en mí solo que mis ojos, ho Dios mis ojos ya no era de un azul cielo, si no de un miel claro, subi el espejo, viendo mechones amarrillos en mi cabello, deslice mis manos por mi cabello, dejando caer mis dedos en uno de los mechones, los agarre por unos momentos viendolos detalladamente, mi hermoso cabello negro oscuro tenía mechones amarrillos.
Me puse las manos en la boca, no dejando salir un grito de locura, que me había pasado, tire el espejo viendo como se partia en mil pedasos.
-Y hay van 3 años de mala suerte-Dijo Jackson en un suspiro, lo que le dejo una mala mirada de Nancy.
-¿Qué me ha pasado?-Dije entre suspiros.
*****
-Hogar dulce hogar-Escuche decir a Jackson mientras que se acostaba en mi sofá, ya me habían dado de alta en el hospital, estaba con mi madre que estaba preparando mi habitación, había llegado a mi casa con Nancy y Jackson.
-Deja de holgazanear en mi sofa Jack-Le dije, entrando a la cocina, y agarrando una manzana.
-¿Y cuando vas a iniciar las clases?
-No sé, la verdad es que no quiero ni siquira Nancy.
-Claro tanto tiempo llevandote las cosas a la cama te acostumbra.
-Sí, mira ya paresco una gorga fofa-Le dije ironicamente.
-¡Hija!-Escuche la voz de mi madre viniendo de arriba, de pronto la vi en las escaleras y en un abrir y cerrar de ojos estaba dandome un abrazo.
-Hola mamá.
-Que bueno que las dos estamos de vuelta en casa.
-Sí.
-Que te parece si hago una cena para celebrar, y obvio Jackson, Nancy están invitados.
-Gracias señora Roberts.
-No me llames así Jackson llamame Molly.
-Yo no puedo-Entonces vi a Nancy ella siempre podía que pasaba ahora, creo que dos meses en el hospital me hicieron perterme de algo-¿Qué pasa, por qué me miras así?
-¿Por qué no puedes?
-Tengo un compromiso hoy lo siento.
-Si bueno, mi mejor amiga se pasa todos los días en el hospital conmigo, pero cuando salgo me deja sola.
-No todo el tiempo eres tu Katherin.
-Chicas, chicas, calmense.
-Verdad, voy a ir preparando la cena.
Entoces Nancy salio dejandonos a mi y a Jackson solos, me sente en el sofa a su lado, sentia como me seguía su mirada.
-Deja de mirarme-Le dije molesta.
-Tranquila.
La noche paso rápido, después de tener una muy rica cena, mi madre se fue a dormir, yo me quede viendo una película con Jackson, hasta que me dio sueño y decidi subir a mi habitación, Jackson ya era más que un amigo en está casa, igual que Nancy, si se queda a dormir a mi madre no le importaba y a mí menos así que no me importo.
Cuando subi a mi cuardo todo me parecio extraño como si fuera algo que no hubiera visto antes, me cambie la ropa por una pijama limpia cuando me vi en el espejo me pude ver mejor, no podía creer quien era, como si todo fuera un sueño, mis ojos, los mechones, me toque el brazo izquierdo con cada uno de mis dedos poco a poco, hasta que llegue a mi mano. Después fui por mi mano derecha viendo que todo estuviera bien.
Me quede unos momentos viendome al espejo,-como era esto posible-me dije para mis adentros, luego de unos minutos me fui a dormir.
*****
Me desperte a horas de la madruga, sudando y con frío, no tenía sabanas, las busque y se habían caido de mi cama, las agarre pero después de ponerlas en la cama no te que mi mano derecha estaba temblando, hacia frío y más del que podía desear, entonces me di de cuenta de que la ventana estaba abierta, me levante con miedo y cerre la venda, vi por ella unos minutos asegurandome de que no hubiera nadie, después fui a mi cama,vi la hora 4:50 am, me arrope hasta la barbilla me quede unos minutos viendo el techo hasta que caí dormida.
´´Corre, escuche un susurro, del cual decía esas palabras, no sabía que hacer-Corre- otra vez la misma palabra, no podía la verdad, algo me decía que me tenía que quedar, tenía que averiguar que me había pasado.- La sombra- Escuche otra vez, después ya no era un susurro si no un grito, que me atormentaba.
-¡CALLATE!-Le grite, busque por todas partes buscando a alguien pero estaba sola, corrí intenta escapar de esas palabras, y de aquel que las decía pero obviamente fue en vano, ahí me di de cuente de que no era alguien, provenía de mi misma, era yo quien las decía y las gritaba con tanto fervor.´´
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